Qué nos hace envejecer
El envejecimiento de la piel es una parte de la vida a la que todo el mundo se enfrentará tarde o temprano. Con el fin de entender cómo funciona este proceso, es importante conocer los conceptos básicos de la piel. La epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo son las tres capas que componen la piel humana.
- La epidermis es la superficie de la piel, una capa rica en queratina que proporciona dureza y resistencia al agua. Esta capa de piel es donde se desprenden las células muertas y donde se encuentra la melanina (un pigmento oscuro).
- La segunda y más gruesa capa es la dermis, que se compone de los nervios, las grasas, los vasos sanguíneos, elastina y fibras de colágeno, que proporcionan elasticidad.
- La tercera capa se compone de grasa. Es la que mantiene la temperatura corporal y es la que está en contacto con nuestros órganos internos.
Envejecemos según la edad
Hay un proceso de envejecimiento que se lleva a cabo a lo largo de los años, independientemente de las influencias externas.
- Después de la edad de 20 años, con cada año que pasa se produce en la dermis un 1% ciento menos de colágeno. Las fibras de colágeno y elastina se vuelven más gruesas, más agrupada, y más flojas, lo que resulta en una piel elástica y frágil y, finalmente, en la formación de arrugas y la flacidez.
- En la etapa de nuestros 20 años, el proceso de exfoliación de la piel disminuye en más de un 20%, haciendo que las células muertas de la piel se acumulen y permanezcan adheridas durante periodos de tiempo más largos.
- En nuestros 30 años, la transferencia de la humedad de la dermis a la epidermis se hace más lenta y las células de grasa comienzan a encogerse. Estos efectos hacen que la piel luzca opaca y delgada.
- En nuestros 40 años, el colágeno ya no se produce. Las fibras de colágeno y elastina se rompen, se espesan, se vuelven rígidas, se agrupan, y pierden su elasticidad. Esto resulta en arrugas y líneas de envejecimiento.
- En nuestros 50 años, la piel se vuelve seca y se magulla, se daña o rompe con facilidad porque las glándulas sebáceas han disminuido de tamaño. En las mujeres, la menopausia provoca una disminución en los niveles de estrógeno, dejando la piel más seca, más delgada y sensible, y menos tonificada.
Un segundo tipo de envejecimiento
Junto a este primer envejecimiento producido por la edad, existe un segundo tipo de envejecimiento. Este es un envejecimiento provocado por daños en el medio ambiente (contaminación, adulteración de la comida, etc.) y puede ser controlado.Algunos ejemplos son:
- El aumento de grosor de la capa externa de la epidermis,
- Cambios precancerosos,
- Pecas y manchas solares,
- Enormes pérdidas de colágeno, elastina y otros elementos importantes.
Como resultado de estos procesos, la piel se vuelve áspera, con tono desigual, y arrugada.
Los radicales libres (moléculas o átomos ávidos de consumir electrones) son la causa de estos cambios químicos.
Algunas de las influencias ambientales que generan los radicales libres son la contaminación, el tabaco y la radiación ultravioleta.
Enzimas y moléculas antioxidantes, como la vitamina C, la vitamina E y pigmentos carotenoides, pueden protegernos de los radicales libres. La glucosa, un combustible necesario para nuestros cuerpos, presenta otra amenaza.
El envejecimiento es un proceso natural, pero puede ralentizarse, e incluso revertir su apariencia.
Conclusión
No podemos dejar de envejecer. No hay nada que lo pueda evitar, pero… cuando usas productos para el cuidado de la piel con componentes naturales, efectivos y que no acaben dañándola, el deterioro de la piel puede ser relentizado y el aspecto de esta será jovial, fresco, hidratado y maravilloso.
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